viernes, 6 de junio de 2014

Aumentar de peso al dejar de fumar: ¿mito o realidad?


El temor a aumentar de peso tras dejar de fumar suele representar un freno. Menos mal que subir de peso no es una fatalidad en sí mismo. Existen unos principios sencillos de aplicar a diario que permiten no tener que compensar la falta de tabaco con la comida.

Consejos para mantener un peso saludable al dejar de fumar

Lo primero es no intentar hacerlo todo al mismo tiempo. Hacer un régimen es difícil; dejar de fumar es muy difícil; pero comenzar estos dos procesos al mismo tiempo es lo ideal para que las dos cosas fracasen.
Dejar de fumar debe ir acompañado de cambios de hábitos, incluida la alimentación. A la espera de comenzar un auténtico régimen hipocalórico tras varios meses sin tabaco, se puede empezar equilibrando mejor la alimentación. No conviene olvidar que un 20% de los fumadores que dejan el consumo de tabaco no engordan nada, y que incluso un 30% consigue adelgazar.
Comer tres platos al día es imprescindible. La sensación de hambre debe evitarse en todo momento, para no tener que reemplazar el cigarro por el picoteo. Es necesario que cada una de las comidas ofrezca la energía necesaria para no tener hambre hasta la ingesta siguiente.
En caso de falta de energía –alimentación insuficiente–, el hambre conllevará frustración, ansiedad, ganas de tomar azúcar, riesgo de picoteo o de fumar un cigarrillo. Para la misma razón, se debe vigilar para que el tiempo entre comidas no sea demasiado grande: no más de 6 horas entre comidas, en caso contrario se puede incluir una pequeña colación.
Comer lentamente: la sensación de saciedad aparece a partir de los 20 minutos. Por eso, conviene esperar entre 5 y 20 segundos entre cada bocado. Ciertamente es algo pesado, pero al fin de cuentas muy eficaz. Se puede establecer el objetivo en cada comida de terminar siempre el último, o de acomodar el ritmo al del invitado más lento de todos los presentes. No se debe dudar a la hora de pedir al entorno que nos ayude a ralentizar la ingesta, en caso de que vean que se va muy rápido.

Practicar deporte para no engordar

Comenzar una actividad física al gusto puede sernos de gran ayuda. Si algo no nos gusta, el riesgo de dejar esta actividad tras algunas semanas de práctica es casi ineluctable.
·         La actividad física en casa: No hay excusas para no practicar bicicleta estática si llueve fuera. Se debe crear un ambiente favorable: botella de agua cerca, colocar la bicicleta delante del televisor o del ordenador, programa de televisión preferido durante la sesión, al tiempo que se le echa un ojo a los niños o a la comida que está en el fuego. Este deporte es ideal para el invierno, las personas que son más caseras o con un horario demasiado cargado.
·         La natación: Para los amantes del agua, la actividad adecuada para hacer trabajar todos los músculos con suavidad y proteger las articulaciones es ir a nadar. No hay más que ver la cantidad de actividades que se pueden realizar en el agua: aquagym, aquabiking... Además el efecto anticelulítico está garantizado.
·         El gimnasio: Entre las clases colectivas y los aparatos individuales, son muchas las posibilidades que se ofrecen para mantenerse en forma. Mezcla de cardio y de musculación, ideal para trabajar todo el cuerpo. Lo mejor es someterse a las órdenes de un coach, para motivarse y aprender correctamente la práctica de cada ejercicio.
·         Los clubs de deporte: Zumba, gimnasia sueca, fútbol, etc. Son muchas las actividades que se pueden elegir para pasar buenos ratos con personas con una misma sensibilidad. Lo más importante: la asiduidad que imponen los horarios semanales. 

Sin duda alguna, es posible que haya un aumento de peso al dejar de fumar, pero también es importante tener en cuenta otros factores –como la alimentación y el ejercicio– para que nuestro nuevo hábito saludable sea todo un éxito. 

Fuente: IMujer

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